El profundo valor del error
Gerardo Schmedling T.
El Error, representa no solamente una extraordinaria forma de evaluar lo que aún no sabemos hacer acertadamente, sino también, una maravillosa oportunidad para aprender a hacerlo correctamente. El Error, siempre está asociado al pasado, lo cual significa que, aprender de los errores, es lo mismos que aprender del pasado, y aprender del pasado, es encontrar los valores para construir el futuro.
Existen 2 falsedades: la culpa y el castigo. Son problemas muy complejos que tenemos en nuestra mente.
La idea de culpa internamente genera niveles lamentables de baja autoestima en cada persona, pérdida grandísima de opciones, de oportunidades en la vida, porque se siente incapaz, no merecedor; porque siente que necesita sacrificarse o castigarse.
Lamentablemente, hemos encontrado personas que aparentemente, tenían una gran capacidad de servicio, pero cuando empezamos a profundizar en la causa de su aparente servicio o de su aparente sacrificio ante los demás, lo que encontramos es que en ellos hay un profundo sentimiento de culpa y sienten que están pagando su culpa, sacrificándose y a eso le llaman “servicio“. Lo que tienen es una baja autoestima muy grande y un proceso muy complejo en su interior.
Cuando la culpa es hacia afuera, cuando inculpamos a los demás, entonces nos llenamos de rencores, de odios y de deseos de venganza… nos llenamos de un proceso interno absolutamente lamentable.
Adicionalmente, todos estos procesos mentales de odios, rencores, violencia, tienen otro efecto desastroso sobre nuestro cuerpo físico, que llamamos el efecto psicosomático. Se debilita el sistema inmunológico, se producen procesos autodestructivos y facilitan el desarrollo de ene-mil enfermedades. El cáncer es una de esas enfermedades originadas en el proceso de la culpa. Por eso necesitamos limpiar nuestra mente, de la idea de la culpa. Hemos repetido muchas veces y lo seguiremos repitiendo otras tantas miles de veces, no importa cuántas veces, hasta que finalmente logremos comprender algo:
LA INEXISTENCIA DEL CULPABLE: EL CULPABLE NO EXISTE.
El siguiente paso de la culpa, es otro absolutamente desastroso: el paso al castigo.
El castigo tiene ene-mil formas pero genera todos los traumas en nuestro interior: genera baja autoestima, situaciones internas de rebeldía, cantidad de procesos complicadísimos en las relaciones humanas y está directamente asociado a la culpa.
Entonces estos procesos traumáticos internos, donde las personas se sienten inseguras, se sienten incapaces ante la vida, son resultados de los castigos. Como esto es tan lamentable, nos proponemos hacer lo siguiente:
Es fundamental comprender que no hay culpable, sino una situación normal dentro del universo, normal dentro de cualquier pedagogía, que llamamos el error .
El error no lo vamos a ver como algo malo, sino que lo vamos a ver como ES: como la posibilidad de aprender algo nuevo; y en lugar del castigo, vamos a tomar una herramienta de amor, que es la enseñanza.
Aprender a enseñar amorosamente, porque entre otras cosas, el castigo no enseña nada; no enseña lo que esperamos enseñar.
Poniendo un ejemplo: si un niño rompiera una ventana y lo castigo, el castigo no le va a enseñar a no romper ventanas. El castigo, le va a enseñar a decir mentiras para evitar el castigo y a evadir sus responsabilidades; le va a enseñar a ser muy hábil para evadir el castigo, pero no le va a enseñar la razón por la cual es necesario tener cuidado con las ventanas.
Por eso decimos que el castigo es antipedagógico y enseña exactamente lo contrario de lo que esperamos enseñar.
Cuando las personas me dicen que hay niños mentirosos o adultos mentirosos, es evidente que estas personas fueron castigadas… y la mentira se convierte en un mecanismo de defensa natural. Para no volver a caer en estas situaciones, vamos a trabajar esto profundamente.
Esto es lo que dicen los maestros de sabiduría:
“EL ERROR ES LA FORMA NATURAL DE EVALUACIÓN”
El error es una herramienta de evaluación, no algo malo. ¿Ustedes conocen alguna persona, que cuando se levanta en la mañana, se dice a sí misma: “Hoy, me propongo cometer los siguientes errores”, y hace una lista?. Yo no la conozco y no sé si alguno de ustedes la conoce… o ¿ustedes hacen eso? Es evidente que no.
Sin embargo, al final de un día de nuestras vidas, podríamos decir: “Oiga, mire cuántos errores cometí en el día de hoy”. ¡Eso sí lo conozco!
Eso significa, que la totalidad de los errores que cometemos los seres humanos, son involuntarios. Nadie tiene la intención de cometer un error. Eso no existe. Evidentemente, los cometemos y nos falta cometer más. No se vayan a asustar… nos falta cometer muchos errores. Acuérdense de esta reflexión:
Un maestro de sabiduría…. ¿quién es?, dentro de estas dos opciones:
1. Alguien que nunca comete errores
2. Alguien que ya cometió todos los errores
El maestro de sabiduría es alguien que ya cometió todos los errores posibles… ¿y qué hizo? Aprendió de ellos y por eso ahora el maestro no comete errores. Pero, él no llegó a esa situación por casualidad, por buena suerte… Llegó a través de los errores mismos. Eso es lo que se llama EL VALOR PEDAGÓGICO DEL ERROR. Con esto buscamos quitarnos las ideas de culpa. Los padres, a veces se sienten culpables de que sus hijos tengan ciertas dificultades… Dicen… yo lo hubiera podido hacer mejor, si hubiera tenido más información, si hubiera sabido más cosas.
No tienen porque sentirse culpables, porque nadie está obligado a saber lo que no sabe aún. Lo que necesita es seguir el proceso de aprendizaje. Cuando nosotros cometemos errores, recordemos que el universo es ciento por ciento eficiente. En el universo, como tal, no hay ineficiencia.
Nosotros tenemos ineficiencia a veces, el universo no, porque el universo aprovecha de una manera totalmente eficiente y perfecta, todo lo que en él existe y todo lo que en él sucede. Esto quiere decir, que si estoy en un estado de ignorancia, y mi estado de ignorancia me lleva a cometer irrespetos y agresiones contra otras personas, a cometer ese tipo de errores… el universo va a aprovechar de una manera perfecta esa condición de ignorancia mía; y la va a aprovechar de la siguiente manera: dado que los destinos de otras personas requieren pasar por la experiencia de ser agredidos, de ser invalidados o de ser atacados: Ellos mismos en su diseño de destino, necesitan pasar por estas experiencias para aprender varias cositas:
1. Aprender que ellos mismos generan la correspondencia necesaria con lo que les sucede.
2. Aprender a no juzgar al agresor, sino a evaluarlo como alguien ignorante, que necesita de una enseñanza.
Entonces, cuando yo agredo a alguien, con el tiempo, me voy a decir: “Bueno, fue un error haber agredido a alguien“. Eso, efectivamente fue un gran error pero, el problema es que generalmente yo me siento culpable de eso, me voy a sentir muy mal hasta que comprenda lo siguiente: Yo, solamente cometí un error originado en mi ignorancia.
Por otro lado, la persona que resultó afectada con lo ocurrido, no tiene nada que ver conmigo, en cuanto a la experiencia de él, porque para él era necesario ser agredido… y si no lo hubiera sido por mí, lo hubiera sido por otro… pero hubiera sido agredido, porque él necesitaba ser agredido. En su diseño de destino estaba ser agredido!!. Esto hace que nos quitemos la idea de la culpa.
Entonces, los padres, por errores que se cometan todos involuntarios, no tienen nada que ver, fíjense bien… no tienen absolutamente nada que ver con los destinos que sus hijos traen. ¡Nada! ¿Por qué? Porque los destinos que los niños traen, son previos, son muy anteriores, a sus mismos padres… y esos destinos no se originaron en ningún tipo de relación con sus padres… Se originaron por ellos mismos. Y, por supuesto, estos espíritus han visto en estos padres, la oportunidad perfecta para venir a trabajar sus destinos y a superarlos. Entonces, los padres se convierten en un excelente apoyo, para el desarrollo espiritual de sus hijos.
Generalmente, no son conscientes de eso, sino muy inconscientes… porque si fueran conscientes de eso, no servirían esos padres para apoyar el destino, sino para apoyar una misión… pero, eso vendrá más adelante.
Los hijos cuando se quejan de sus padres, lo hacen porque están precisamente dentro de la misma ignorancia.
Ellos suponen, creen, que la causa de sus problemas son sus padres, cuando no es así. La causa de sus problemas, son ellos mismos. Esos padres, son el apoyo para salir de ellos, pero como todavía no saben esto, pues usan lo que pueden usar y lo que nosotros mismos les enseñamos: La Culpa y el Castigo.
Si podemos comprender esto, vamos a dejar de culpar a los demás de nuestras situaciones de aprendizaje.
EL PRIMER ERROR ES CREER QUE TENGO LA RAZÓN
CUANDO ALGO NO FUNCIONA ADECUADAMENTE
Para que los habitantes del Planeta Tierra podamos salir de nuestros estados actuales de Ignorancia (creer que sabemos, o creer que nuestros problemas son de los demás) es necesario observar y reconocer los siguientes seis pasos:
1. Cuales son los resultados individuales indeseables.
2. Reconocer la ignorancia personal que los genera.
3. Decidirse a no repetir los mismos errores.
4. Buscar nueva información en los archivos del universo.
5. Cambiar totalmente la forma de pensar, de comunicarse y de actuar
6. Disponerse a experimentar nuevos métodos y comportamientos.
Resumen de la importancia del error para poder llegar a la Sabiduría:
1. La inocencia y la ignorancia pueden cometer errores.
2. Todo error se verifica en un resultado indeseable.
3. Un resultado indeseable lleva a la búsqueda de nuevas opciones.
4. Reconocer el valor del error es abrir la puerta a la sabiduría.
5. La sabiduría es el resultado de haber aprendido de los errores.
6. La sabiduría ya no comete errores.
7. La sabiduría se verifica en resultados satisfactorios obtenidos voluntariamente.
QUIEN APRENDE DE SUS ERRORES ESTA EN EL CAMINO DE LA SABIDURÍA
Extraído del módulo del Taller de Magia del Amor denominado “Creación Divina Hecha Realidad Humana” – Gerardo Schmedling
Un comentario en «El profundo valor del error»
Excellent post. I’m experiencing some of these issues as well..